4 jul 2010

Sistemas de juego: Una nueva esperanza.





Nuestras queridas penejotas, y en esta ocasión, tambien pejotas;

A veces nos da por pensar,… sí las penejotas lo hacemos con frecuencia, y nos preguntamos ¿qué hay más allá en la vida de un rolero? Pocos casos se conocen de roleros que han hecho los votos matrimoniales sin romper su ficha de pejota, muchos menos que hayan sobrevivido a una paternidad-maternidad con un sistema de juego que se haya mantenido en sus vidas. A lo cual, llegamos al meollo de todas las cuestiones:
¿Cómo es el proceso de creación y gestación de un pequeño pejota?
Nos sentimos orgullosas de conocer algún caso que otro. Que un rolero compatibilice la vida familiar y la friki en un estado de gracia y perfecto equilibrio es algo tan escaso de ver como una camisa de Ralph Lauren en unas jornadas. Sin embargo, ellos están ahí, desatando la envidia de unos y la incredulidad de otros, pero sobre todo, nuestra curiosidad.



Porque la decisión de tener un hijo es algo muy complejo: imaginemos a nuestro PJ, sentado en el borde de la cama con sudores fríos y en calzoncillos, ante esa disyuntiva…
¿Qué sistema será más efectivo para dejar a su penejota embarazada?¿Cuántas tiradas hay que hacer? Si el sistema determina las tiradas, ¿será más efectivo un sistema D20
aunque el porcentaje de pifias sea mayor?



Son cuestiones que no pasan inadvertidas para el rolero medio. Si a eso le sumamos las características de la ficha principal, como seducir, engañar, embaucar, apariencia, etc.… las probabilidades de éxito se pueden ver considerablemente reducidas, ya que probablemente habrán gastado los puntos en habilidades tales como trepar, entomología forense, empatía animal y combate con armas cuerpo a cuerpo. Ciertamente, estas habilidades podrían tener una relación positiva con la procreación, pero a alguno de los dos involucrados no le gustaría.

Es cierto que muchos roleros no tienen problemas con sus sistemas de juego;
una puesta en escena elegante al estilo James Bond, acompañado por algo de verborrea romántica sacada de Alatriste, y un regalito como el típico collar élfico de la inmortalidad, pueden ser un buen planteamiento para la faena. Si además de todo esto tienes suerte y la fuerza te acompaña esa noche, puede haber altas probabilidades de sacar un criticazo como el que le hizo Han Solo a la princesa Leia con los mellizos.

A la par, hay que pensar en los Masters que no están muy seguros de ampliar el número de pejotas en la partida de su vida. Estos necesitan un sistema de juego diferente, uno que tenga buenos modificadores (lo que viene siendo, de toda la vida, preservativos). Recordad ante todo mirar la fecha de edición, no es la primera vez que el sistema falla por ser un juego desfasado y con erratas.


Otros pejotas prefieren recrearse a la hora de llevar a la práctica sus sistemas de juego. El dungeon master, deseando entrar en tu mazmorra, ofrece un montón de complementos para meterse más a fondo en la partida: anillos únicos, armamento mágico, música ambiental e indumentaria apropiada para poder jugar con movilidad por el tablero o por la cama en su defecto. Este sistema por el contrario no da beneficios a corto plazo, las campañas son largas y tienden a desesperar a la penejota. Esto puede provocar el hastío de la pareja y acabar en el cuarto de baño tu solo, con cualquier manual o ampliación de mala muerte. Queridas penejotas, cuidaros además de los pícaros de D&D ya que cuando terminen, ¡¡¡os van a saquear!!!!

Si, siguiendo con nuestra argumentación, el tipo de master o jugador es lo que determina el sistema de juego en la cama, podréis encontraros además, en los siguientes supuestos: Si tu pejota es un poco munchkin, sólo se preocupará de conseguir su propio “beneficio” dejando a la penejota en pleno rolus interruptus. Con un master con preferencia por el rápido y fácil, como su nombre bien indica, será divertido pero corto, y no todo lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Si el master elije un sistema narrativo y es de campañas largas, hay muy pocas probabilidades de acabar de jugar y muchas de perder mucho peso en el intento. Si el master es novato, la experiencia puede ser nefasta para la penejota y puede que no quiera volver a jugar aunque también es más manejable, mientras que si es un master experto, es muy posible que se repitan las partidas y la penejota tenga deseos de ampliar fichas.

Los FUDGE, ahhhh, los FUDGE… para ellos, ¡¡¡¡menos no es más!!!!

Con un amante de La Leyenda puedes perderte en un sinfín de aburridos prolegómenos protocolarios que no siempre garantizan un mínimo de cinco (anillos) y mucho menos, nada legendario. Un amigo de los juegos independientes y los sistemas originales puede llegar a sorprenderte gratamente, pero cuidado, puede llegar a ser demasiado exótico.

Aléjate de los amantes de las miniaturas, por motivos obvios, aunque no de los coleccionistas de juguetitos, que en ocasiones, no vienen mal del todo.



Con eso volvemos al tema principal. Ya tenemos a nuestro rolero medio, superada una tirada de predictor, unos meses después observando, de nuevo con sudores fríos, la ecografía de su nuevo pejota. Al principio no tiene muchas habilidades ni características, es una ficha difusa, borrosa y en blanco y negro. Ya sabemos en que ahorran los editores de rol, mucha pasta dura por fuera… pero luego nada de nada. Eso sí, concienciaros para desembolsar unos costes adicionales importantes. Si pensaste que Pathfinder cambiaria tu economía, o que no podría haber nada más caro que los módulos del D&D, prepárate para lo que te viene encima.

Pero no desesperes, como rolero que eres, atraerás a tu nuevo pejota al lado oscuro del rol, y con él continuará una nueva generación de roleros. Un Skywalker que heredará tus X-wing, tus figuritas del señor de los añillos, el autógrafo de William Shatner, tus dvds de Batman y toda tu colección de cómics. Un pejota que algún día te superará en Destreza, Inteligencia y número de dados.

La fuerza del rol es intensa en el pequeño pejota, el master la tiene, tú la tienes y tu penejota también.

No lo olvides.